sábado, 29 de septiembre de 2012

¡Quiero la independencia ya!


Por favor España, concédenos la independencia, aunque sólo sea para que se callen de una puta vez y dejen de dar la lata, que cansinos!
A mí me gustaría sí, porque hay que reconocer que como experimento iba a ser un rato divertido, y que forma mejor de saber si uno está equivocado que comprobándolo. 
Si esto es como lo del adolescente que amenaza con irse de casa, utilizándolo de chantaje emocional continuo para conseguir privilegios y derechos – Que cualquier día me voy, que si no me dais libertad cojo y me largo, me independizo y punto – Muy bien…las maletas en la puerta y ya puedes irte cuando quieras, eso sí, con todas las consecuencias, aquí no vengas cuando quieras lavar la ropa o unos tuper con macarrones, ni cuando un mes no puedas pagar el alquiler. El adolescente entonces puede reaccionar de dos maneras: Se caga pero le puede el orgullo, coge su maleta y se va, o se caga, se traga el orgullo y se lo vuelve a pensar porque -  ¿Realmente podré yo valerme por mí mismo?  ¿es práctica esta decisión o me interesa más seguir aquí que será más cómodo y viviré mejor? – Pues eso, Independencia, Catalunya is not Spain, no vengamos luego con que para esto no, pero para lo otro sí.

Además, vamos a ver…hemos conseguido la independencia, que guais somos, pero ahora resulta que ya no dependemos de España si no de Europa, que nos marca las directrices y nos dice todo lo que tenemos que hacer, pues vaya independencia de mierda… por otro lado y pensándolo bien, ahora tenemos otro chivo expiatorio al que echarle las culpas cuando aquí las cosas no vayan bien…interesante…mola! Pues a seguir en la lucha, vamos a reivindicar la independencia de Europa, y mientras sí, mientras no, tenemos chollo un tiempo más …Chicos, tranquilos, no os hagáis ilusiones, que es Europa la que ya ha dejado claro que si Cataluña se independiza de España se vaya olvidando de pertenecer a la UE y al euro.. Ohhhhhh! Vuestro gozo en un pozo, que Europa no os quiere, pobrecitos.

Desde aquí se pide la independencia por dos motivos básicos:
Uno, sentimentalismo ñoño e infantil, la nostra llengua, la nostra cultura, la nostra terra y la nostra "tunteria", no es menosprecio al sentimiento catalán, si no al catetismo y a la estrechez de miras, venga de dónde venga, que el “nostre” ya no existe, que esto es un mundo globalizado que hace tiempo que se expande, abre fronteras, echa abajo muros y barreras para intentar uniformar e igualar leyes, principios y normas, mientras tanto Cataluña se contrae, se encierra en sí misma, y se aisla.
Dos, España nos roba y aquí las cosas no funcionan bien porque  no podemos disponer de nuestro dinero y gestionarlo a nuestro aire.

¿Qué ocurre? Tanto uno como otro motivo son explotados y manipulados por la clase política local en su interés, no hay nada mejor que tener al pueblo sublevado en contra de un enemigo común, llámese España o lo que haga falta, si eso es lo de menos, el caso es tenerlos entretenidos, así cubrimos dos frentes, por un lado creen que todo el dinero que robamos nosotros mismos desde dentro, todo aquello que no gestionamos bien, no es culpa nuestra, si no del Estado opresor, al que puede echársele la culpa de todo, es un saco en el que todo cabe. Por otro los tenemos distraidos con un ideal, y ya se sabe que mantener al pueblo mirando hacia otro lado siempre es beneficioso, si utilizas el sentimiento y tocas su fibra sensible mejor que mejor, ahí los tenemos pillaos.
Muy bien, pues adelante, con un par ¿Por qué no? Eso sí, que le den la independencia y luego casa por casa pasen a preguntar si queremos el DNI y pasaporte español o catalán. Me da a mí que se iban a llevar una desagradable sorpresa, porque a cosa hecha más de uno iba a repensarse que le conviene más, económicamente, para el futuro de sus hijos, de sus negocios…Hostia! Que ahora ya no lo tengo tan claro…
Mira que si se quedan con una población de millón y medio de personas y poco más…bueno, siempre podrán montarse unas comunas y vivir tipo los mundos de yupi.
Y espérate, porque esa es otra, si abrimos la veda se abre para todo, porque aquí, el resto de provincias está hasta las narices del centralismo de Barcelona, así que ya que estamos ¿porqué no? Dentro de un tiempo Tarragona tendría derecho a solicitar la independencia, porque Barcelona le roba, y se lo queda todo para ella. Es más, dentro de la propia provincia de Barcelona hay Comarcas hartas de que  la mayoría del dinero sirva para invertirse en Barcelona ciudad y alrededores y todos los servicios y mejoras se den allí, así que hago un llamamiento: Comarca de Osona, El Bages, a pedir la independencia… y podemos seguir hasta que yo termine pidiéndola para mis 90 m2 de piso, y cuidado que tengo policía propia.
Añade otra paradoja, quieren independizarse de España pero anexionarse la Comunidad Valenciana, los maravillosos Països Catalans, o sea ¿que vais de imperialistas? esto es de no creérselo, pues oye, que ellos no están por la labor, no sé si lo sabéis.



Otro tema a tener en cuenta, nada despreciable, es el poder político en Catalunya. No nos engañemos, salvo pequeñas etapas aquí Convergencia lleva gobernando desde que conseguimos la democracia, hace ya la tira, y saben mucho, son listos y astutos como nadie, tienen ya muchas tablas ¿Alguien cree que Convergencia quiere o le interesa la independencia? Para nada, ellos siempre están jugando, tiran la piedra y esconden el brazo, que sí, que no, que depende, que según como… Hoy Artur Mas, que es un cachondo, ha dicho…bueno…él nunca dice, él suele insinuar, es un maestro de la ambigüedad, pues bien, después de hablar sobre el gran triunfo de la reivindicación nacionalista del once de septiembre ha dicho sin decir, que en el hipotético caso de que se consiguiera esa independencia, pues que se necesita un tiempo para formar todo el complejo sistema de un Estado, es decir, algo así como – A ver, que sí, que mola, pero que ahora mismo no estamos preparados, no se me aceleren que me quedo en bragas o calçotets y la jodemos, todo a su tiempo –

Si es que a ellos les viene estupendamente que las cosas sigan como están, pueden victimizarse, pueden llorar, responsabilizar a Madrid o España de que aquí no haya dinero y las cosas no estén bien, van jugando a asustar al Gobierno Central sea del color que sea, y aquí pues van echándonos carnaza para que tengamos de que hablar, mientras nos preocupamos por Madrid no nos fijamos en otros detalles, lo aliñamos un poco con la identidad nacional y el idioma, que en la calle da mucho juego y eso de la independencia…a ver…Bahhhh! Si eso no va a llegar nunca ¿para qué preocuparnos de cómo nos lo íbamos a montar?
Así que por favor, no sean pesados, concédannos la independencia, que yo esto no me lo puedo perder, ya es sabido que me gusta reírme, y esta oportunidad lo merece, quiero ver la carita de desconcierto que se le pone a algunos, quiero ver como otros reculan y donde dije digo, digo diego, cómo los más fanáticos se encabezonan hasta el infinito y como otros salen por patas. Que tengo ganas de reírme coño!

ESTUPIDEZ Y PODER- Carlo M. Cipolla


Como ocurre con todas las criaturas humanas, también los estúpidos influyen sobre otras personas con intensidad muy diferente. Algunos estúpidos causan normalmente sólo perjuicios limitados, pero hay otros que llegan a ocasionar daños terribles, no ya a uno o dos individuos, sino a comunidades o sociedades enteras. La capacidad de hacer daño que tiene la persona estúpida depende de dos factores principales. Antes que nada del factor genético. Algunos individuos heredan dosis considerables del gen de la estupidez, y gracias a tal herencia pertenecen, desde su nacimiento, a la élite de su grupo. El segundo factor que determina el potencial de una persona estúpida procede de la posición de poder o de autoridad que ocupa en la sociedad. Entre los burócratas, generales, políticos y jefes de Estado se encuenta el más exquisito porcentaje de individuos fundamentalmente estúpidos, cuya capacidad de hacer daño al prójimo ha sido o es, peligrosamente potencial por la posición de poder que han ocupado u ocupan. ¡Ah!, y no nos olvidemos de los prelados. 

La pregunta que a menudo se plantean las personas razonables es cómo es posible que esta personas estúpidas lleguen a alcanzar pociones de poder o de autoridad. 

Las clases y las castas (tanto laicas como eclesiásticas) fueron las instituciones sociales que permitieron un flujo constante de personas estúpidas a puestos de poder en la mayoría de sociedades preindustriales. En el mundo industrial moderno, las clases y las castas van perdiendo cada vez más su importancia. Pero el lugar de las clases y castas lo ocupan hoy los partidos políticos, la burocracia y la democracia. En el seno del sistema democrático, las elecciones generales son un instrumento de gran eficacia para asegurar el mantenimiento estable de la fracción de estúpidos entre los poderosos. Hay que recordar hay una fracción de personas que votan que son estúpidas, y las elecciones les brindan una magnífica ocasión de perjudicar a todos los demás, sin obtener ningún beneficio a cambio de su acción. Estas personas cumplen su objetivo, contribuyendo al mantenimiento del nivel de estúpidos entre las personas que están en el poder.

COMPROMÍS Oltra al PP: "No tindreu porres ni policia suficient per a par...

Entrevista con Mónica Oltra [23.03.12]

"Salvados" Mónica Oltra de Compromís (Despilfarro en Valencia)

domingo, 23 de septiembre de 2012

EL MILAGRO DE MENOS A MAS por Xavier Sardá


Se acabó la comedia del pacto fiscal. Todo el mundo sabía que Mariano Rajoy no lo aceptaría. Artur Mas se ha quitado la mochila de encima y anda ligero de equipaje. Mas inventó lo del pacto fiscal como propuesta inviable, encaminada a conseguir el rédito político del victimismo y salir reforzado para la transición nacional y tal y tal. Era pedirle peras al olmo y hemos perdido el caducifolio y las limoneras. 

La hoja de ruta se ha traspapelado con la gran manifestación y a Mas le ha salido la jugada que ni pintada. Ha sido el milagro de TV-3, los manifestantes y los votos . Mas tiene la sede de Convergència amenazada de embargo por el juez por lo de Ferrovial, al secretario general de Convergència señalado por Hacienda por el presunto chanchullo de la ITV, a la calle protestando sus recortes, él pidiendo el rescate a España y recibiendo dinero de Rajoy para llegar a fin de mes. Vaya, lo normal. Dios hizo el mundo en seis días. Mas ha pasado en seis días de verdugo a víctima. Seis días para pasar de Eduardo Manostijeras a Eamon de Valera o Simón Bolívar a la catalana. Es un milagro. Para Mas. Para el país, no se sabe. 

Superado el shock inicial por lo de la manifestación, el president le dice al sector más radical de su partido: «Dejadme solo». Rajoy entra al trapo y le niega el pacto. Mas, ya sin el peso del capote, hará filigranas con la muleta. 

El president se aúpa a lomos de los que salieron a la calle el Onze de Setembre y se hace sacar triunfante por la puerta grande. Puro arte. Ni en el Polònia. ¿Quién puede decir que el pacto fiscal no ha servido para nada? Otra cosa es la bizantina discusión de la clase política catalana encaminada solo a mayor gloria de Mas. ¡Cuánto complejo y cuánto miedo a no salir en la foto! Felicidades, president. Al resto de formaciones ya las felicitaré otro día. 

Pronto seremos rescatados 

¿Qué pasará a partir de ahora? Elecciones, tira que te vas y luego las «estructuras de Estado». Hay para rato. No sé si los tertulianos de la unanimidad aguantarán la comba o a la larga tendrán que hablar de otras cosas como en un país normal. De hecho, pronto seremos rescatados: Catalunya por España, España por Europa y espero que Europa por Jesucristo y señora. 

Pero si faltan ideas, Francisco Vighi y su célebre poema satírico sobre los prejuicios: «Para que te exaltes, castellano, hombre seco, hombre de tierra. Para que me odies, catalán, más fenicio que de Grecia; y tú, manchego retardado, cazurro de alma plebeya; isleño cursi y rastacuero, balear ladrón, hijo de chueta; leonés rencoroso y zafio; montañés vano, hombre de cera; y tú, aragonés que llamas a la bestialidad franqueza; para que me mates, levantino, simulador de arte y de belleza; vasco hipócrita y ambicioso, insúltame con tu pobre lengua; asturiano traidor y falso; gallego llorón y sin vértebras; murciano sucio, feo y torpe; extremeño de las cavernas; madrileño que de real orden eres tonto por dentro y por fuera». Lo de siempre.

jueves, 20 de septiembre de 2012

¿Qué ocurre en Catalunya, y en España?


La gran mayoría de personas que están a favor de la independencia hoy en Cataluña no lo estaba hace sólo unos años. Tengo muchísimos amigos aquí en Cataluña que, no habiendo sentido nunca el deseo de tener un estado propio, separándose de España, hoy así lo desean. Una de las mayores causas de que ello ocurra no se encuentra en Cataluña sino en Madrid y en España. 

La falta de reconocimiento de tal plurinacionalidad del Estado español existente en este establishment ha sido la raíz del problema. Solo por un momento, durante la II República, pareció que se abría una posibilidad, que desapareció completamente durante la dictadura fascista que impuso un nacionalismo español (castellano) extremo que, basado en una concepción jacobina del Estado español, ahogó y asfixió cualquier otra visión de España. La Transición inmodélica (que se realizó en términos muy desequilibrados entre unas derechas -herederas del franquismo- que controlaban los aparatos del Estado y unas izquierdas –que lideraron las fuerzas democráticas- que acababan de salir de la clandestinidad) permitió más espacios a las fuerzas nacionalistas/catalanistas, pero sin reconocer la plurinacionalidad de España. En realidad, el Estado de las autonomías (con el “café para todos”) era una manera de negar tal plurinacionalidad. Referirse a los acuerdos que tuvieron lugar entonces como fuente de las exigencias de que se respeten aquellas reglas, sin tener en cuenta el enorme desequilibrio de fuerzas que existía en aquel momento (como hacía Santos Juliá en su artículo del pasado domingo en El País o como hace el Monarca en su carta abierta a los españoles), es permitir que aquel desequilibrio se mantenga. 

Este Estado de las autonomías abocará inevitablemente a la disgregación y rotura de España, como algunos hemos ido subrayando (ver mi libro Bienestar Insuficiente, Democracia Incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país). Si cada demanda de Cataluña se tiene que traducir en diecisiete demandas iguales, España dejará de existir pues España no puede ser la suma de diecisiete Cataluñas. España no aguanta la suma de diecisiete naciones con historias, culturas e idiomas diferentes.

La falta de resolución de esta articulación Cataluña-España en la España de las Autonomías hizo que surgiera la demanda de un proyecto federal asimétrico que reconociera, dentro de España, la especificidad de la nación catalana. Fue en esta vía que, junto con otras alternativas, surgió el Estatuto de Cataluña que fue aprobado por el Parlamento Catalán, por las Cortes Españolas y refrendado por la población catalana. Y a pesar de ello, el Tribunal Constitucional, parte del aparato del Estado, vetó precisamente algunos de los componentes más estimados por los movimientos que habían generado la necesidad de establecer el Estatuto. Y la torpe respuesta del gobierno Zapatero, definiendo tal veto como un elemento menor del Estatuto, contribuyó a ampliar el enfado de grandes sectores de la población catalana. Más y más personas en Cataluña comenzaron a pensar que con esta España no hay nada que hacer. Algunos firmes seguidores del federalismo asimétrico abandonaron este proyecto, bajo la constatación de que no había posibilidades ni complicidades en España para desarrollarlo. Y se convirtieron en independentistas. 

La explosión del independentismo

Pero, ¿por qué ha alcanzado ahora el independentismo el nivel que ha alcanzado? Y la respuesta es la crisis. Hoy, la crisis está afectando muy dolorosamente el bienestar de la población. Y la gran habilidad política de la coalición nacionalista gobernante en Cataluña, CiU, ha consistido en atribuir tales dificultades al famoso “expolio español”. Según este argumento, la aportación no voluntaria de Cataluña a España es equivalente al 8% del PIB de Cataluña. La demanda de un pacto fiscal, con un sistema semejante al concierto vasco, es una lógica respuesta a esta situación, en caso de que el proyecto deseado fuera mantenerse en España. Tal Pacto Fiscal implicaría un cambio en la gestión de los impuestos y su distribución. Exigiría que fuera el Estado catalán (como parte del Estado español) el que recogiera los impuestos y fuera el Estado catalán el que negociara con el Estado central los fondos para el pago de los servicios comunes y el componente de solidaridad que, por cierto, nadie cuestionaba (al menos hasta ahora). 

Pero esta demanda se ve irrealizable en España, gobernada por el establishment español basado en Madrid. Y el punto final de esta frustración ha sido la victoria por gran mayoría del PP, el partido que se opuso al Estatuto con mayor intensidad. Tal partido, heredero del franquismo, muestra la mayor hostilidad a la especificidad catalana y al reconocimiento de Catalunya como una nación. El último detalle, entre muchos otros, es que tal gobierno no sancionó a un militar que hace unos días pedía, una vez más, la invasión militar de Cataluña. El comportamiento del gobierno PP y de la “caverna” que le rodea es el mayor fabricante de independentistas en Cataluña. Los medios públicos de la Generalitat, tanto Cataluña Ràdio como TV3, instrumentalizados abusivamente por el gobierno Mas (recordando los peores momentos del pujolismo), constantemente identifican la ultraderecha, el PP, con España, forzando una imagen falsa de que el PSOE y el PP son lo mismo. Autores de la “caverna” aparecen o son citados mucho más frecuentemente en tales medios que autores españoles de izquierda federalistas, o incluso políticos españoles conocidos que apoyan el derecho de autodeterminación de Catalunya.

La paradójica situación en Catalunya 

Resultado de esta situación, incluido el control de la mayoría de medios en Catalunya por parte de las derechas nacionalistas, nos encontramos con la situación casi única en Europa de que uno de los gobiernos que ha ido imponiendo mayores medidas de austeridad a su población (ninguna de ellas existentes en su programa electoral) goza de un amplio apoyo electoral en Catalunya sin que la crisis y la puesta en marcha de tales políticas hayan afectado su popularidad. La gran astucia política del partido gobernante, CiU, ha sido presentar la necesidad de aplicar tales medidas como consecuencia del “expolio” de Cataluña por parte de España. De ahí que haya intentado canalizar, con la ayuda de sus medios, tal enfado hacia el establishment español basado en Madrid, definiéndolo como España. 

En este argumento se olvida que el déficit de gasto público (incluyendo el gasto público social) de Cataluña es mayor que el déficit fiscal (que existe y debe eliminarse). Y también se olvida que el País Vasco, con un sistema fiscal semejante al que el gobierno CiU desea, tiene también problemas graves, con una crisis profunda. En realidad, el gasto público social por habitante en el País Vasco es mucho menor de lo que le correspondería por el nivel de desarrollo económico que tiene, y ello como resultado de haber estado gobernado por las derechas en la mayoría del periodo democrático. Tener una Cataluña independiente no es garantía de que Cataluña elimine su enorme déficit de gasto público social. En realidad, algunos de los economistas más visibles en la esfera independentista (incluyendo el economista “oficial” de TV3, que en sus llamadas “lecciones de economía” en tal medio adoctrina a la población catalana con su dogma neoliberal) son ultraliberales que eliminarían gran parte de los servicios públicos, como sanidad y educación, acentuando todavía más el deterioro de los servicios públicos que ha ocurrido bajo el mandato de CiU. 

El expolio no es la única causa del déficit social de Catalunya 

En realidad el gran déficit social de Cataluña se ha acentuado todavía más como resultado de la alianza de CiU con el PP (que fue el partido que se opuso más al Estatut) en las políticas fiscales regresivas, en la reducción de los impuestos que gravan las rentas del capital y rentas superiores, y en la privatización de servicios públicos, además de otras políticas de clara orientación neoliberal. Y ambos, tanto CiU como el PP, han hecho lo opuesto a lo que prometieron. Dijeron mil veces durante la campaña electoral que no recortarían en los servicios públicos como sanidad y educación, donde ha recortado más. Ambos están siguiendo políticas para las cuales no hay ningún mandato popular. De ahí que la demanda de un referéndum sobre si la ciudadanía aprueba tales políticas de austeridad sea tan aplicable al gobierno PP como al gobierno CiU. 

El Presidente Mas ha subrayado que, si el pueblo catalán votara a favor de la independencia en un referéndum, las autoridades públicas representativas españolas, por mera coherencia democrática, deberían aceptarla y permitir su desarrollo. Pero la selectividad en la exigida coherencia y su falta de credibilidad aparece claramente cuando el mismo Presidente hace lo contrario de lo que el pueblo catalán votó, desmontando, como lo está haciendo, el Estado del Bienestar catalán. En sanidad, por ejemplo, las políticas que la Generalitat de Catalunya están polarizando todavía más la sanidad en Catalunya, favoreciendo a la sanidad privada (que sirve predominantemente a las rentas de mayores ingresos) a costa de la sanidad pública (que sirve a las clases populares). Y todo ello bajo el liderazgo del Conseller de Salut (que era el jefe de la patronal hospitalaria privada) transformando un servicio universal en un servicio asistencial, justificando tales políticas bajo el lema de que no hay otra alternativa, pues Madrid (España) nos fuerza a hacerlo y así nos lo manda. 

De la misma manera que el Presidente Rajoy está desmantelando la España social bajo la excusa de que es lo que le exige Bruselas, el gobierno Mas también señala que tiene que hacerlo porque así se lo pide Madrid. En ambos casos estamos viendo la externalización de responsabilidades. En España, Bruselas se presenta como el problema. En Cataluña, Madrid es el problema. Y aunque en ambos casos hay un componente que sí se corresponde a la realidad, es sólo un componente y no lo es todo pues, ni antes de que hubiera el euro ni ahora con el euro, Bruselas y Madrid han sido los mayores determinantes del subdesarrollo social de Cataluña y de España (ver mi libro El Subdesarrollo Social de España. Causas y Consecuencias). Las relaciones de poder de clase juegan el papel determinante tanto en Cataluña como en España. La alianza de clases, entre las clases dominantes en España y en Cataluña (terminología nunca utilizada en los medios por considerarla interesadamente como anticuada), es la causa mayor del retraso social de ambas, y los datos así lo muestran. Los países que tienen menor gasto social por habitante son aquéllos donde las clases conservadoras han sido más dominantes sobre los aparatos de sus Estados. Y así ocurre tanto en Cataluña como en España, como lo muestra que en la gran mayoría de leyes y presupuestos de austeridad que han afectado negativamente el bienestar de la población (tanto en Catalunya como en España), el PP y CiU han votado juntos (tanto en el Parlament de Catalunya como en las Cortes Españolas). Esto es lo que está ocurriendo en Catalunya y en España, de lo que no se habla en los medios de mayor difusión ni en Catalunya ni en España. 

Sería un gran error que las izquierdas permitieran que las derechas catalanas y españolas protagonizaran el desarrollo de los hechos durante este periodo. Las izquierdas catalanas no pueden dejar que el gobierno CiU lidere el proceso de defensa de Catalunya cuando sus políticas públicas han estado dañando de una manera tan acentuada el bienestar del pueblo catalán. Las manifestaciones identitarias y las sociales deben confluir en una protesta generalizada hacia lo que está ocurriendo, no sólo en España, sino también en Catalunya. Y la izquierda española necesita aceptar que la Constitución, fruto de un desequilibrio en el momento de su aprobación, no es un documento sagrado. Debe cambiarse favoreciendo que la plurinacionalidad de España se refleje en que cada nación dentro de tal Estado pueda expresarse y determinar su futuro.





miércoles, 19 de septiembre de 2012

Lo siento Majestad


MADRID- No ha sido aprovechando un acto institucional o un viaje oficial. Su Majestad el Rey, en un gesto de Estado sin precedentes, tomó ayer la iniciativa para hacer un llamamiento a la conciencia de la Nación. A través de una carta volcada en la nueva página web de la Casa Real, informando previamente al presidente del Gobierno, Don Juan Carlos fue determinante: «Lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas». Y, en un momento que consideró decisivo respecto al futuro de Europa y de España para «asegurar o arruinar el bienestar que tanto nos ha costado alcanzar», contextualizó los últimos movimientos que que han revuelto los ánimos del país. «No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia», remarcó. Porque, según aseguran fuentes de Zarzuela, tres son los destinatarios de este mensaje: gobiernos autonómicos independentistas, todos los partidos políticos y las fuerzas sociales que piden lanzarse a las calles: manifestaciones, huelga general y todo lo que engloba el «otoño caliente». 

La decisión se tomó el pasado viernes, día enmarcado entre las manifestaciones en la Diada catalana a favor de la independencia, y las movilizaciones en la capital contra las medidas y ajustes económicos del Gobierno. Y de propuestas anticonstitucionales, como el referéndum planteado por Artur Mas sobre la soberanía catalana sin consultar al resto de España. Fue el lunes cuando el Rey despachó con Rajoy y le anunció que publicaría la carta en la web. El presidente del Ejecutivo estuvo de acuerdo. Y, ayer, sobre las 13:30 de la tarde, después de la Apertura del año Judicial, la Casa Real envió un mensaje a los medios de comunicación: «Importante: Nueva carta de S. M. el Rey disponible en nuestra página web». 

«Son los tiempos más adecuados para la acción decidida y conjunta de la sociedad, a todos los niveles, en defensa del modelo democrático y social que entre todos hemos elegido», remarca Don Juan Carlos durante su misiva lo que ya enfatiza en su inicio: «Sólo superaremos las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez». 

Por su parte, algunos partidos políticos han criticado el pronunciamiento del Monarca, porque consideran que se ha salido de sus funciones como Jefe de Estado. «La carta constata que el Rey se sitúa fuera del lugar que le otorga la Constitución al tomar un papel político que está fuera del sentido común y de la oportunidad», sostienen desde ICV-EUiA. No obstante, Don Juan Carlos sí tiene potestad para actuar así, según establece la Constitución. El artículo 56 de la Carta Magna reconoce dentro de la funciones del Monarca como Jefe de Estado, su papel como «árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones». Por su parte, desde la Casa Real zanjan el tema: «No es el primero, ni será el último». Precisamente uno de estos primeros llamamientos provocó el reconocimiento social de Don Juan Carlos como Jefe de Estado: el del 23-F. Momento clave para conservar la «recién nacida» democracia. Y que el Rey no dudó en rescatar en la carta que publicó ayer. «Desde la unión y la concordia, hemos de recuperar y reforzar los valores que han destacado en las mejores etapas de nuestra compleja historia y que brillaron en nuestra Transición Democrática». Y resalta: «El trabajo, el esfuerzo, el mérito, la generosidad, el diálogo, y el sacrificio de los intereses particulares en aras del interés general». 

Sr. Juan Carlos, acuéstese... 
Usted no tiene ni idea de como lo esta pasando el pueblo, posiblemente porque no le queda tiempo para averiguarlo con tanto viaje, tanta cacería y tantas recepciones reales. Comprendo que tema por el bienestar al que hace mención en su carta, ya que entiendo que es su bienestar al que se refiere, y por supuesto que tenemos claro lo que nos ha costado y lo que nos está constando. Si se creyera lo de superar las dificultades actuando unidos, abriría la despensa real y daría de comer al españolito famélico, que por cierto hay cada vez mas. Lo que mejor podría hacer por el país, y así demostraría lo que resalta en el último párrafo de su misiva, en la que hace referencia al esfuerzo, sacrificio, etc, seria coger a los miembros de su familia y largarse del país dejando de vivir de la sopa boba, en favor de LA REPUBLICA, que supongo que por dinero no será, ya son muchos años chupando del bote, y si va justo para eso esta su yerno, para echarle un cable que seguro que va muy sobrado.

Hasta siempre camarada!!!


domingo, 16 de septiembre de 2012

Un cañón en el culo (Juan José Millás)


La primera operación que efectúa el terrorista económico sobre su víctima es la del terrorista convencional, el del tiro en la nuca.

Si lo hemos entendido bien, y no era fácil porque somos un poco bobos, la economía financiera es a la economía real lo que el señor feudal al siervo, lo que el amo al esclavo, lo que la metrópoli a la colonia, lo que el capitalista manchesteriano al obrero sobreexplotado. La economía financiera es el enemigo de clase de la economía real, con la que juega como un cerdo occidental con el cuerpo de un niño en un burdel asiático. Ese cerdo hijo de puta puede hacer, por ejemplo, que tu producción de trigo se aprecie o se deprecie dos años antes de que la hayas sembrado. En efecto, puede comprarte, y sin que tú te enteres de la operación, una cosecha inexistente y vendérsela a un tercero que se la venderá a un cuarto y este a un quinto y puede conseguir, según sus intereses, que a lo largo de ese proceso delirante el precio de ese trigo quimérico se dispare o se hunda sin que tú ganes más si sube, aunque te irás a la mierda si baja. Si baja demasiado, quizá no te compense sembrarlo, pero habrás quedado endeudado sin comerlo ni beberlo para el resto de tu vida, quizá vayas a la cárcel o a la horca por ello, depende de la zona geográfica en la que hayas caído, aunque no hay ninguna segura. De eso trata la economía financiera.
Estamos hablando, para ejemplificar, de la cosecha de un individuo, pero lo que el cerdo hijo de puta compra por lo general es un país entero y a precio de risa, un país con todos sus ciudadanos dentro, digamos que con gente real que se levanta realmente a las seis de mañana y se acuesta de verdad a las doce de la noche. Un país que desde la perspectiva del terrorista financiero no es más que un tablero de juegos reunidos en el que un conjunto de Clicks de Famóbil se mueve de un lado a otro como se mueven las fichas por el juego de la Oca.
La primera operación que efectúa el terrorista financiero sobre su víctima es la del terrorista convencional, el del tiro en la nuca. Es decir, la desprovee del carácter de persona, la cosifica. Una vez convertida en cosa, importa poco si tiene hijos o padres, si se ha levantado con unas décimas de fiebre, si se encuentra en un proceso de divorcio o si no ha dormido porque está preparando unas oposiciones. Nada de eso cuenta para la economía financiera ni para el terrorista económico que acaba de colocar su dedo en el mapa, sobre un país, este, da lo mismo, y dice “compro” o dice “vendo” con la impunidad con la que el que juega al Monopoly compra o vende propiedades inmobiliarias de mentira.
Cuando el terrorista financiero compra o vende, convierte en irreal el trabajo genuino de miles o millones de personas que antes de ir al tajo han dejado en una guardería estatal, donde todavía las haya, a sus hijos, productos de consumo también, los hijos, de ese ejército de cabrones protegidos por los gobiernos de medio mundo, pero sobreprotegidos desde luego por esa cosa que venimos llamando Europa o Unión Europea o, en términos más simples, Alemania, a cuyas arcas se desvían hoy, ahora, en el momento mismo en el que usted lee estas líneas, miles de millones de euros que estaban en las nuestras.
Y se desvían no en un movimiento racional ni justo ni legítimo, se desvían en un movimiento especulativo alentado por Merkel con la complicidad de todos los gobiernos de la llamada zona euro. Usted y yo, con nuestras décimas de fiebre, con nuestros hijos sin guardería o sin trabajo, con nuestro padre enfermo y sin ayudas para la dependencia, con nuestros sufrimientos morales o nuestros gozos sentimentales, usted y yo ya hemos sido cosificados por Draghi, por Lagarde, por Merkel, ya no poseemos las cualidades humanas que nos hacen dignos de la empatía de nuestros congéneres. Ya somos mera mercancía a la que se puede expulsar de la residencia de ancianos, del hospital, de la escuela pública, hemos devenido en algo despreciable, como ese pobre tipo al que el terrorista por antonomasia está a punto de dar un tiro en la nuca en nombre de Dios o de la patria.
A usted y a mí nos están colocando en los bajos del tren una bomba diaria llamada prima de riesgo, por ejemplo, o intereses a siete años, en el nombre de la economía financiera. Vamos a reventón diario, a masacre diaria y hay autores materiales de esa colocación y responsables intelectuales de esas acciones terroristas que quedan impunes entre otras cosas porque los terroristas se presentan a las elecciones y hasta las ganan y porque hay detrás de ellos importantes grupos mediáticos que dan legitimidad a los movimientos especulativos de los que somos víctimas.
La economía financiera, si vamos entendiéndolo, significa que el que te compró aquella cosecha inexistente era un cabrón con los papeles en regla. ¿Tenías tú libertad para no vendérsela? De ninguna manera. Se la habría comprado a tu vecino o al vecino de tu vecino. La actividad principal de la economía financiera consiste en alterar el precio de las cosas, delito prohibido cuando se da a pequeña escala, pero alentado por las autoridades cuando sus magnitudes se salen de los gráficos.
Aquí están alterando el precio de nuestras vidas cada día sin que nadie le ponga remedio, es más, enviando a las fuerzas del orden contra quienes tratan de hacerlo. Y vive Dios que las fuerzas del orden se emplean a fondo en la protección de ese hijo de puta que le vendió a usted, por medio de una estafa autorizada, un producto financiero, es decir, un objeto irreal en el que usted invirtió a lo mejor los ahorros reales de toda su vida. Le vendió humo el muy cerdo amparado por las leyes del Estado que son ya las leyes de la economía financiera, puesto que están a su servicio.
En la economía real, para que una lechuga nazca hay que sembrarla y cuidarla y darle el tiempo preciso para que se desarrolle. Luego hay que recolectarla, claro, y envasarla y distribuirla y facturarla a 30, 60 o 90 días. Una cantidad enorme de tiempo y de energías para obtener unos céntimos, que dividirás con el Estado, a través de los impuestos, para costear los servicios comunes que ahora nos están reduciendo porque la economía financiera ha dado un traspié y hay que sacarla del bache. La economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo clásico, necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega con nuestra sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia al modo en que un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo el cañón de su pistola por el culo de su secuestrado.
Llevan ya cuatro años metiéndonos por el culo ese cañón. Y con la complicidad de los nuestros.