Los partidos políticos son herramientas confeccionadas
para salvaguardar los intereses personales de los herederos o sucesores de los
que en su día los crearon, y cada maniobra está calculada según el criterio de
la experiencia que les ha dado la corta vida de la democracia en base en que en
este país, solo existen dos posibilidades de gobierno, y en consecuencia como
marca la historia, los mandatos son cíclicos entre el PP y el PSOE.
No
importa que los ciudadanos estén lejos de la política porque se es consciente
de que las medidas imprescindibles para cambiar ese estado de cosas harían
cambiar a los partidos tal y como son, y dificultarían el control sobre las
organizaciones de las élites establecidas.
Al
igual que hizo en su día el Sr. Rajoy cuando estaba de líder de la oposición,
está haciendo ahora el Sr. Rubalcaba que ocupa ahora la posición de el
anterior, es decir nada, es así de fácil, no hay que hacer nada, solo esperar
cuatro años, esperando el desgaste del partido en el gobierno, para el que ocupa
el de la oposición tome el relevo de la dirección del país.
El
desprecio actual existente a una clase política incapaz de gobernar con
dignidad y sensatez y la impunidad con la que salen de todos los escándalos de
corrupción es más que notoria, y más cuando han
hecho recaer todo el peso de esta estafa, llamada crisis sobre los más débiles,
salvaguardando los intereses de los poderosos. Acribillando con los impuestos a
los más débiles y usando la maquinaria
recaudatoria de hacienda mostrándose
implacable con quien comete una pequeña equivocación ó se retrasa en un pago
por falta de liquidez, mientras hace la vista gorda con los elegidos.
La calaña política de este país, tras usar todos los falsos argumentos para
cargarse el estado de bienestar que tantos años ha costado a todos los
trabajadores, cargándose de un plumazo el espejismo de la clase media,
consiguiendo que la diferencia entre las clases capitalista y trabajadora sea
más abismal, ya que el rico es ahora más rico y el pobre cada vez más pobre, no
se conforma con eso, se ha despertado su apetito voraz y quiere convertir a la
clase trabajadora en esclavos al servicio de la clase capitalista.
Y con ello no libro de culpa al anterior gobierno, ya que no
hizo lo que tenía que haber hecho en su momento y también se dejo encantar por
el poder favoreciendo al capital para asegurarse la jubilación a título
personal, ya que favor con favor se paga, no hace falta señalar, hay demasiados
ex ministros colocados en los diferentes consejos de dirección de grandes
empresas y entidades bancarias sin tener ni puta idea del cargo a desempeñar,
con sueldos escandalosamente blindados, por los servicios prestados cuando ocupaban
cargo relevante en el gobierno.
El pueblo siente desprecio a quienes llegaron al poder con un
programa electoral que han incumplirlo
en su totalidad, es más han impuesto todo lo contrario de lo que prometían.
La incultura política de este país, consiente que los políticos una vez llegado al cargo, coloquen a
parientes, amigos ó coleguitas, a costa de engrosar mas el gasto público.
Incluso tenemos una monarquía impuesta por el régimen
franquista que se ríe del pueblo que la mantiene con constantes escándalos y
presuntas implicaciones delictivas que nunca llegan a representar imputaciones
solidas que terminen con consecuencias ejemplares.
Tenemos un Tribunal Constitucional con sus condenas absurdas
y partidistas, desacreditado por si mismo ante el pueblo sometido siempre al
poder, no olvidemos que declararó inconstitucional artículos del ESTATUT DE
CATALUNYA, que son válidos en Valencia ó Andalucía, por poner un ejemplo.
Dicen que España es diferente, y es cierto, es la
vergüenza de Europa, lugar idílico para que se establezcan las mafias mundiales
y prolifere el crimen organizado.
El concepto y ejercicio del poder, aquí está
contaminado por el caciquismo atávico de siempre. No hay contra argumentación
entre políticos cuando se increpan por un tema en concreto que la salida fácil,
habitual y tan casina de que el otro es peor, que el otro más corrupto.
Al caso Bárcenas, se contrapone al instante el Filesa,
y así desviando el foco nos olvidamos de Bárcenas. Los periodistas participan
de ese juego, incapaces de centrarse y profundizar en cada caso, uno por uno.
Es imposible.
La ciudadanía tampoco se escapa, el caciquismo
se contempla como algo consustancial al ejercicio del poder. Incluso se lleva
al esperpento de diferenciar al cacique “bueno” del cacique “malo”.
De este guiso indigesto sale un país que tiene el
triste honor de encabezar los casos de corrupción de esta Europa, que no sé si
está a medio construir o a medio demoler.
Si dibujamos en el mapa de España actual, unos puntitos
pequeños como lunares de casos de corrupción política, se llenaría de tal
manera que hasta los límites provinciales quedarían ocultos; casos conocidos y
en proceso de investigación; no quiero ni pensar los ocultos, de los que nunca
se sabrá nada.
Así que como podemos esperar debates serios en
los políticos si solamente están entrenados para echarse unos a otros toda esta
basura.
Hemos llegado al punto del puro esperpento, al escarnio
de que el partido en el poder acabe de aprobar 40 medidas para la llamada
trasparencia, como que los tesoreros tengan que comparecer una vez al año.
¿Para qué? No necesitamos más leyes, queremos que sean decentes, solo eso.
Es un insulto a la inteligencia que nos vengan
ahora con 40 o 400 leyes, cuando el partido que lo propone e impone, está
destruyendo pruebas de la forma más chapucera, tal como haría un mafioso de
tercera. Una burla y desprecio a todos, una tomadura de pelo al juez instructor
y una imagen a Europa y al mundo nefasta y vergonzosa. Ellos, los políticos no
se van ni con agua caliente, y los ciudadanos tampoco tenemos el coraje de
echarlos.
Y encima como catalán aún me ofenden más, ya que
tenemos un gobierno propio, puesto que parece que como aquí hay mucha pela,
podemos permitirnos mantener dos gobiernos inútiles, y en consecuencia con el
doble de gasto y corrupción. No tienen bastante con expoliar a los catalanes
llenándose los bolsillos descaradamente, que encima nos dejamos engañar con
cantos de sirena de falacias independentistas, para usarlas como cortina de
humo y despistarnos de lo que realmente están haciendo con la clase trabajadora
catalana.
Como dice un
buen amigo, con el cual coincido en muchas cosas, ¿porque una consulta tan
limitada a si queremos un estado propio?, ya puestos, podrían hacerla más
amplia, para poder elegir si queremos formar parte de Andorra, Suiza o
Finlandia, por ejemplo.
De un tiempo a esta parte, me pregunto qué pasaría si
no se pagara la deuda contraída
especialmente con Alemania, de la cual es responsable la banca española y que
como tontos nos hacen pagar a nosotros.
¿Que harían los alemanes?, ¿embargarnos el país?, que
no nuestras propiedades de las cuales pagamos de forma religiosa mediante las
hipotecas. Pues por mí que procedan, igual nos va mejor siendo alemanes, total
los hijos de nuestros hijos lo serán, ya que nuestros jóvenes han tenido que
emigrar para poder trabajar. Quizás esto
representaría terminar con tanto aprovechado político, total no creo en las
banderas, demasiadas guerras en pro de las banderas, y francamente, ninguna me
motiva, sería triste que me motivara un trozo de tela a estas alturas, y más
cuando me considero ciudadano del mundo.
Volviendo
a la realidad de nuestra piel de toro, la esperanza que tienen los políticos,
es que el ruido de la campaña electoral y las mentiras establecidas como código
de conducta en promesas que no se cumplirán, terminarán acercando a los
electores a las urnas con la teoría del mal menor.
Espero que los
ciudadanos hayan madurado y aprendido de los caudillos que han gobernado este
país y tengan claro que es imprescindible que tomemos el poder para que no nos
maten de hambre o en su defecto, de asco.