lunes, 28 de octubre de 2013

Somos una sociedad cobarde

Las leyes son creadas por los que ostentan el poder, y automáticamente se genera la trampa para saltársela, de aquí el dicho, hecha la ley, hecha la trampa. La justicia que es el brazo ejecutor esta sujeta a la interpretación del juez, y el poder judicial no es independiente, ya que esta formado por jueces propuestos por los partidos políticos y por ese motivo carecen de imparcialidad.
Dicho esto, creo que la justicia es relativa, y es más justa con unos que con otros, por lo tanto si no es igual para todos, deja mucho que desear, aparte que estoy convencido de que vivimos en una mundo carente de justicia social.
Somos parte de una sociedad cobarde y conformista, donde el más miserable tiene miedo de perder lo poco que pueda tener, y quizás yo soy uno de los más cobardes, ya que hace tiempo que tenia de haber empezado a hacer lo que he ido pregonando.
Cuando se inició la movida del 15 M, creí que la consciencia social estaba cambiando, que la ilusión y el espíritu de lucha resurgía, que los jóvenes reaccionaban y exigían sus derechos, que la sociedad podía cambiar, y todo quedó en un simple espejismo, la esperanza se disipo rápidamente, cuando tomaron las riendas los manipuladores y los bocazas de turno.
Con la que está cayendo, y con lo que nos están haciendo los que ostentan el gobierno del país, nos limitamos a criticar sus acciones y quejarnos de como nos están exprimiendo, pero nadie hace nada, yo el primero, y los gobernantes lacayos del capitalismo saben lo cobardes que somos y por tanto saben que no habrá reacción ante la sangría que están haciendo a los más deviles. Estamos perdiendo la guerra sin haber sido capaces de desenfundar los sables para defendernos, y no pararan hasta que seamos esclavos sumisos dependientes de las migas que se dignen echarnos.
Vivimos en una injusticia permanente donde impasibles vemos como día a día salen impunes los que están expoliando el país con la ayuda de una “JUSTICIA” a su servicio,
mientras nosotros solo nos quejamos mientras vamos perdiendo nuestra dignidad.
Deberíamos ser capaces de pasar a la acción empezando por invertir sus reglas del juego, reduciendo a la mínima expresión el consumismo que nos han inculcado y que es su fuente de riqueza, deberíamos dejar de pagar las hipotecas, pagándoles con la misma moneda, ya que nos han pasado la factura de sus abusos, haciéndonos culpables de su deuda, y veríamos si tienen cojones de expropiar a todo un país, y si los tienen, patada y ocupación, pero claro soy un cobarde de tantos, y saben que no seremos capaces y seguiremos con la cabeza gacha dejándonos pisotear nuestros derechos.
Al final haremos lo que quieren y lo que pregona algún que otro hijo de puta, trabajaremos de cualquier cosa, haciendo mas horas que un reloj a cambio de un salario de esclavo con el que solo podremos a duras penas seguir respirando, mientras ellos siguen enriqueciéndose a costa de hacerlos cada día más miserables.



martes, 8 de octubre de 2013

Tragedia en la isla italiana de Lampedusa o la globalización de la indiferencia

La xenofobia que rezuma la ley italiana sobre inmigración, unida a la incapacidad de la Unión Europea para afrontar con valentía y humanidad esta cuestión, tienen la culpa de que hayan muerto al menos 200 somalíes y eritreos cuando trataban de escapar del hambre y de la guerra que sufrían en sus países.

La primera señal de que hay responsables claros detrás de su muerte, más allá de las mafias que se enriquecen con los viajes de estos desesperados, la dieron los propios supervivientes al llegar al puerto de Lampedusa. Contaron que cuando estaban acercándose al islote de los Conejos, al sur de la isla, se cruzaron con varios barcos pesqueros, pero no les ayudaron pese a las señales que les hicieron. Angustiados por las deficientes condiciones de la nave y por la falta de señal en sus teléfonos móviles, algunos de los pasajeros prendieron fuego a unas mantas para llamar la atención de los pescadores. Su desesperada decisión hizo que la embarcación se incendiase y acabase hundiéndose.

La alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, confirmó el relato de los náufragos. “Los tres pesqueros que los vieron se fueron, ya que nuestro país ha procesado a pescadores y armadores que han salvado vidas humanas, por el crimen de favorecimiento a la inmigración clandestina”, denunció Nicolini. Pidió además al Gobierno de coalición liderado por Enrico Letta que eliminara de inmediato esta normativa para evitar que una catástrofe como esta vuelva a repetirse.
Desde que entró en vigor en 2009 la ley que considera un delito la clandestinidad, los pescadores que se encuentran con embarcaciones de inmigrantes están obligados a elegir. Pueden pasar de largo y violar así uno de los principios básicos del mar, el que obliga a ayudar a quien esté en peligro de ahogarse, sin distinción de quién se trate. La otra opción es auxiliarlos y arriesgarse a sufrir las consecuencias: pagar una multa o, peor aún, ver cómo las autoridades se incautan de sus naves.

¿A donde vamos a llegar? ¿como es posible que se aprueben leyes para evitar que se auxilie a un emigrante aun cuando este corre serio peligro de morir? ¿Que clase de persona es capaz de aprobar una ley como esta? ¿ Que clase de persona es capaz de cumplir con este tipo de leyes a todas luces inhumanas?. La verdad es que no tengo respuesta para tanta indignación. Es lamentable que ahora pretendan arreglar esta indecencia dándole un homenaje a los muertos, es para mi una tomadura de pelo. 
                                 (Esta es la pregunta que se hacia ayer una amiga mía.)

Preguntas que que clase de persona puede aprobar una ley que sea capaz de denegar auxilio a una persona necesitada o peor aún desesperada que se juega la vida huyendo de su miseria buscando la tierra prometida, el sueño de la Europa del progreso. Pues la misma que permite que mueran diariamente de hambre una cantidad insultante de seres humanos, el mismo que justifica las invasiones de países con la finalidad de conseguir petróleo, el mismo que justifica las dictaduras y las financia para sacar redito de su inversión. El mismo que permite que las personas pierdan su dignidad rebuscando entre la basura de los contenedores, el mismo que recorta las pensiones y aprueba los copagos de nuestros mayores mientras cobran dietas vergonzosas y vuelan en primera clase a costa de un pueblo cada vez con más miserias. El mismo que recorta en educación pública mientras manda a sus hijos a las universidades mas prestigiosas del mundo o el mismo que recorta la asistencia sanitaria del miserable y lo deja morir en cualquier pasillo de hospital de la seguridad social mientras el o su familia es atendido en la privada. El mismo que permite de forma directa o indirecta que se cometan todas las injusticias a las que por desgracia nos han acostumbrado, porque ya nos sorprenden las injusticias porque nos las han vendido como daños colaterales en pro del progreso. El mismo hijo de puta que discute la aprobación una ley que afecta la vida de las personas mientras esta compartiendo una mariscada o un buen filete con sus homólogos también de la misma condición.